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por Libertad Figueroa

“[…] Porque hay una historia que no está en la historia y que sólo se puede rescatar aguzando el oído y escuchando [a las] mujeres.” (Rosa Montero) [1]

En los últimos años en México se ha notado un aumento importante de los encuentros conformados únicamente por mujeres o que buscan fomentar su participación mayoritaria. Un ejemplo de ello sobresale en la actividad de gran cantidad de artistas involucradas en las prácticas sonoras híbridas, éstas entendidas como aquellas que, por un lado, hacen uso de tecnologías nuevas, soportes mixtos para una sola pieza o, por ejemplo, instrumentos hechos por ellas mismas y, por otro lado, en aquellas involucradas en cuestiones de gestión, ya sea para autodifusión o para un grupo determinado.

Lo anterior implica que se ha encontrado una forma de activismo en las alineaciones o “carteles” y programas que buscan representación de la gran diversidad que involucra el contexto actual para, además, hacer y entrar en la Historia, dejar registro y encontrar visibilidad, mayor inclusión y promoción de su producción, así como la manera en la que se desarrollan, sin dejar de lado las influencias de sus diferentes contextos y experiencias personales. ¿Cómo es que se ha llegado a esto?

De manera breve, puede decirse que en México, desde hace poco más de 45 años, empezó a considerarse la idea de que las mujeres también son compositoras y, para empezar, será relevante dar cuenta de una minúscula parte de la historia de la difusión y la búsqueda de su inclusión y visibilización en el registro histórico de la música. Inicialmente, personas como Esperanza Pulido a finales de la década de 1950 con ​ La mujer mexicana en la música que involucra un recuento notablemente inclusivo, o Gloria Tapia en los 70, promotora nacional del área de música durante el Año Internacional de la Mujer, ya se buscaban alineaciones exclusivamente femeninas en términos de intérpretes, aunque todavía no compositoras; lo cual las convierte en referencias necesarias.

A partir de la década de los 80, la inclusión de las compositoras en los catálogos musicales empezó a ser un poco más notoria hasta llegar a 1984, año en el que se realizó el Tercer Congreso Internacional de las Mujeres en la Música en Zacatecas. Ya para los años 90, hace solamente casi dos décadas, la mención del trabajo femenino empezó a tomar mayor fuerza por medio de grupos como el Colectivo de Mujeres en la Música A.C., que realizó la serie radiofónica ​ Murmullo de Sirenas que incluyó “obra inédita de compositoras, intérpretes, directoras de orquesta y musicólogas que hasta el momento eran desconocidas” [2] y una serie de encuentros anuales dentro de las actividades de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

Encuentro audiovisual Híbridas y Quimeras en La Mano Jardín (Coyoacán, México)

Aunque todas las referencias anteriores siguen tratándose de exploraciones tradicionales y no enfocadas en, o que no consideran de manera notoria, las ​ otras músicas -aquellas músicas y exploraciones híbridas, que además conllevan la perspectiva de la diversidad sexual y el género, que se mantienen al margen por diversas razones, como puede ser la carga política de su producción, el hecho de que son parte de las disidencias sexuales o el nivel de transgresión de su obra- se trata de antecedentes importantes del actual “activismo vinculado con la creación experimental de artistas sonoras y compositoras” [3].

Actualmente, gracias a un estudio llevado a cabo por Ruidosa, titulado “¿Cuántas mujeres tocan en festivales latinoamericanos hoy?” [4], se sabe que éstas tienen una presencia de menos de 20% en exploraciones como son los festivales de talla grande en Latinoamérica, llámese Ceremonia (2016) o Pal Norte. Entonces, a pesar de que “las alineaciones femeninas no son la bala de plata que la gente desearía, son una parte esencial al enfrentar el sexismo y la falta de equidad”[5]. En estos casos se trata de mujeres involucradas no solamente en la composición tradicional, sino también con el uso de distintos tipos de tecnología en su quehacer artístico, incluso haciendo uso de la tecnología como una forma de apropiación y posicionamiento político frente a la situación dentro de la cual se reconocen.

En este sentido, el uso de la tecnología cobra una importancia mayúscula, ya que si las mujeres fueron -y han sido- invisibilizadas en la historia cuando hacían uso de herramientas tradicionales -en referencia a la forma más tradicional, académica de la composición musical-, si nos vamos un poco más hacia las disidencias, hacia la obra que transgrede paradigmas, etiquetas y categorías, combinado con la apropiación y la producción de tecnología para la creación musical, la situación no ha sido muy diferente, ya que se trata -también- de un campo que ha sido tradicionalmente dominado por la presencia masculina.

Finalmente, aunque en México existe gran cantidad de grupos, gubernamentales o no, que buscan solventar lo expuesto, aún hay mucho trabajo por hacer para la inclusión de las mujeres en la Historia, ya que la situación no es solamente el hecho de hacer carteles o encuentros y festivales en donde se incluya a mujeres buscando cumplir una cuota, sino crear y hacer consciencia e informarse respecto al por qué de la búsqueda de este tipo de estrategias que muchas veces se califican de separatistas a pesar de que justamente buscan lo opuesto: la inclusión, el aprendizaje mutuo, y el trabajo conjunto -e interdisciplinario-, el reconocimiento y el conocimiento entre ellas, así como la formación de comunidades que promuevan el desarrollo libre de todas las involucradas.

Agradecimientos

Agradecimiento especial para Mónica Gabriela Ortega Reyna, editora, por su apoyo con la corrección // Contacto: eniajmo@yahoo.com.mx

Notas

[1] López, P. R. (2003). Feminismo y música: introducción crítica (Vol. 32), pág. 15. Narcea Ediciones. Disponible en ​​​https://bit.ly/2YYfQiW

[2] Ver https://comuarte.org/10316-2/

[3] Campos-Fonseca, S. (2017). Uncanny Valley Project, una intervención ciberfeminista en la X Bienal Centroamericana. LiminaR, 15(2), 15-34. ​http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-80272017000200015

[4] Ver ​​https://somosruidosa.com/lee/cuantas-mujeres-tocan-en-festivales-latinoamericanos-hoy/

[5] Traducido desde ​​​https://bit.ly/2OZhBJk

A cerca de la autora

Artista sonora, compositora mexicana dedicada a la improvisación y live coding con SuperCollider, e integrante del colectivo Híbridas y Quimeras. Email: ​​​libertadfigueroa.r@gmail.com Soundcloud: ​​​ soundcloud.com/libertad-figueroa

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